Esta es una de esas historias desconocidas o poco mencionadas en los libros que hablan de la II Guerra Mundial al no tratarse de una batalla propiamente dicha. Y es que, hasta en las contiendas, existen episodios en los que el ingenio y el heroísmo pueden sorprender a cualquier lector.

Este es el primer artículo que escribo en el que menciono al hombre en cuyo honor bauticé este Blog: El General George Smith Patton III (1885-1945). Pero no tiene nada que ver con su conquista de Sicilia ni su rescate de la 101ª en Bastogne.

Más de 500 caballos Lipizanos de la Escuela Española de Equitación de Viena fueron rescatados por el 2º Regimiento de Caballería del 3º Ejército de EEUU del General Patton.


A principios de 1945, Viena fue bombardeada por los aliados . El Coronel Podjahsky, director de la Escuela Española de Equitacion de Viena desde algunos años atras, temía que los sementales Lipizzanos fuesen sacrificados y decidió que debían ser trasladados en tren hasta St Martin's en la Alta Austria, a unos 200 kilómetros de Viena. Se temía que la hambruna los convirtiera en pasto de las gentes hambrientas.

Ejemplar de Lipizzano

Pero hacia finales de abril el avance de la guerra los puso de nuevamente en peligro: estos caballos se encontraban más cerca del Ejército Rojo que de los estadounidenses. Nada más enterarse, el general Patton, conocido jinete y amigo de Podjahsky (se conocían desde las Olimpiadas de Estocolmo), se puso en contacto con Podjahsky para tratar de evacuar a los animales a otro lugar.

El rescate de los caballos se llevó a cabo bajo las órdenes del general George S. Patton y su subordinado el coronel Charles H. Reed, comandante del 2º Regimiento.

Tuvo su palabra de que en todo momento serian custodiados por el Ejercito de EEUU hasta que pudieran volver a Viena. Las yeguas fueron separadas y trasladadas a Hostau, al Oeste de Checoslovaquia, en ese momento tomada también por el 3º Ejercito. Patton le explico a Reed que el buen estado de los Lipizanos se debía a que habían sido cuidados en unas caballerizas en Alemania por prisioneros de guerra aliados que allí estaban retenidos.

Para sacarlos de allí, Patton llegó a un acuerdo con el oficial alemán al mando en aquel lugar. Le ofreció inmunidad a cambio de la ayuda para evacuar a los caballos y alejarlos del Ejército Rojo. El 28 de abril, los alemanes de ese sector se rindieron ante Patton. Tan significativo fue este acuerdo, que mientras los estadounidenses se acercaban para recibir la rendición de los alemanes, estos les recibieron con una guardia de honor.

150 sementales había en Hostau al momento de llegar los estadounidenses. A pesar de todo, las SS lanzaron un contraataque el 30 de abril que fue fecalmente rechazado. Una semana después, Alemania se rindió, y se empezó a pensar en repatriar a los caballos.

Una vez terminada la guerra, se inicio un litigio entre los gobiernos Ruso y Checo sobre la posesión de estos caballos. Para evitar que cayeran en sus manos, fueron trasladados rápidamente hasta la frontera de Alemania Occidental. Esta claro que si los encontraban los rusos, harían carne de caballo de ellos (en una época de escasez de alimentos, era comprensible) Unos años después Podjahsky volvió a tener la posesión legal de sus preciados caballos.

Durante el traslado los militares estadounidenses perdieron solamente dos hombres: el soldado de primera Raymond E. Manz; y el Sargento Owen W Sutton.

No obstante, no fue ésta la primera vez que se consiguió alejar del frente a tan noble estirpe ecuestre: en 1781, 300 caballos fueron evacuados a Stuhlweissenburg, una marcha que duró 40 días. Volvieron a Lipizza después de firmarse el tratado de paz. En 1805 se les trasladó de nuevo a Slavonia, y en 1806 a Hungría. Nuevamente volvieron a Lipizza, tratando de alejarse de la imparable "Grande Armèe".

Fuente: The 2nd Cavalry


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